Escrito por Carolina López Romero
El Design Thinking o pensamiento de diseño, es una metodología de innovación centrada en los usuarios para la resolución de problemas complejos o cotidianos por medio del análisis y el trabajo colaborativo. De este modo, es un método que posibilita la creatividad y la innovación mientras se crean soluciones que se adapten a las necesidades de las personas a través de un método que comprende el error y el aprendizaje como parte del proceso para llegar al resultado deseado.
Como explica Alejandra Aguirre, experta en diseño de estrategias y comunicación creativa de Armónico: “esta herramienta exalta la creatividad y fomenta el trabajo en equipo. La clave está en enfrentarse al miedo a equivocarse y aprender de los errores, dar el primer paso y permitirles a otras personas participar en el proceso para crear soluciones innovadoras, confiables y aplicables en los contextos reales de los usuarios”.
Esta metodología, basada en la lógica, la imaginación, la intuición y el razonamiento sistemático, permite detectar una necesidad o un problema, explorar las posibilidades y darle solución a partir de cinco pasos que no siempre son secuenciales y se pueden repetir iterativamente:
Empatizar
La construcción de soluciones significativas para estudiantes, padres, profesores, compañeros de área y directivos empieza con un entendimiento de sus necesidades para generar soluciones consecuentes con sus realidades. Lo que significa abrirse a nuevas oportunidades e inspirarse para crear nuevas ideas.
Definir
Durante esta fase se filtra la información recopilada que aporta valor para convertirla en oportunidades concretas, transformar historias en conocimientos e identificar problemas cuyas soluciones son clave para la obtención de un resultado innovador.
Idear
Supone generar muchas ideas para crear sin limitaciones, generar pensamientos visionarios sin prejuicios y diseñar soluciones innovadoras. La clave en esta etapa está en fomentar la participación y reconocer todos los puntos de vista.
Prototipar
Se construye un modelo rápido de la solución, físico o digital, que ayude a organizar y hacer tangible la idea que se está planteando para mejorar y refinar el concepto.
Testear y evaluar
En esta fase, el usuario va a poder interactuar con el prototipo y brindar retroalimentación para perfeccionar la idea o volver a las fases anteriores hasta lograr un resultado satisfactorio. Además, incluye la planificación de los próximos pasos y la documentación.
Un ciclo de design thinking se caracteriza por la búsqueda de la innovación centrada en las personas, la observación para descubrir las necesidades y las limitaciones de una situación particular, el trabajo colaborativo para crear nuevas ideas y la integración de enfoques de diferentes campos mediante la participación de equipos multidisciplinarios.
La clave de esta metodología es creer que se puede hacer una diferencia y que se puede hacer un proceso proactivo para llegar a nuevas soluciones factibles que determinen el mínimo viable y lo potencie; soluciones viables que se ajusten a los recursos; y soluciones deseables para los usuarios. Así mismo, aumenta la confianza en la capacidad creativa para transformar desafíos en oportunidades para el diseño y la educación.